72 horas de relojes que multiplican los minutos por dinero es igual a muerte.
El cuerpo habla cuando el alma grita. Y a veces, el grito del alma es tan mortal que el cuerpo se desploma.
Hay demasiadas maneras de vivir que se alejan radicalmente de la vida lograda. Demasiadas. Pero todas con un denominador común: dar el alimento-placer equivocado a nuestro" Yo": Dar veneno con la etiquete cambiada.
Si nos ponemos frente a nosotros-as mismos. ¿Qué vemos?
Vemos con benevolencia y en fondo oscuro a un ser que se llama-Miren o Eduardo- que no se ha diseñado a sí mismo y que no tiene nada más que lo que se ha encontrado: su estatura, su cara, su temperamento, sus lugares, su sangre, sus antepasados, y un padre y una madre que están o no están , ya, ahí.
Después de encontrarnos, comprendernos. Después de comprendernos, sabernos TAREA para nosotros-as mismos. Nuestro ahora es "acabarnos "y llegar al final con los versos de Machado en la mochila: hemos hecho camino al andar. Y mientras caminanos , nuestra inteligencia aprende, nuestra libertad actua, y la piel que nos encarna siente y se emociona.
Pero en el camino de "hacerse y acabarse", en ese camino debido de verdad real y acertada, hay muchas trampas, muchas bombas anti-persona; hay muchas" bombas doradas" que nos susurran bajito en duermevela: "te daré todo lo que ves, si te arrodillas y me reconoces tu amo"
Y será ahí , en el territorio de la mentira y de las "trampas doradas"
, donde podremos dejarnos seducir por el atajo criminal de las promesas - placeres - envenandos. De esa promesas de placer que nunca van a ser los placeres "cursis" de acariciar las manos de Carlitos cada tarde , o de sentarse en el banco al lado de "la loca de Arrikíbar" con flores de colores en primavera.
Las promesas de placeres con las etiquetas cambiadas no conocerán jamás a mi marinero a rayas , ni pasearán jamás con él por el paseo del Prado mientras los árboles esconden tímidos abrazos ...
Y es que a esas promesas de placeres envenedados se les olvidó hace tiempo bailar con los ojos cerrados . Sólo les queda la deseperanza de cerrar en falso , mientras alicatan cuerpos de cintura para arriba y para abajo...
Estas palabras de Jesús a Mateo son las que ha elegido el Santo Padre como lema de su pontificado.
Los ojos de misericordia de Cristo son los ojos de quien acoge y sana con su amor. Si somos seguidores de Cristo , sus ojos son nuestros ojos. Y la misericordia nuestra entraña. Un corazón misericordioso contagia misericordia. Pero no es fácil mirar con los ojos de Jesús cuando nos hieren, cuando nos humillan, cuando nos engañan, cuando somos tratados injustamente. Es entonces cuando sentimos que la cruz la llevamos encarnada en lo más hondo de nuestro ser.
El miedo a la cruz nos atenaza, pero la mano de Cristo nos acaricia en el camino y nos dice que en la cruz está el gozo, la alegría y nuestra salvación. Y en ese camino de cruz misericordiosa no vamos solos. Los unos a los otros nos acompañamos, nos ayudamos, y juntos anunciamos al mundo entero que merece la pena seguir y seguirle a ÉL.