miércoles, 26 de septiembre de 2012
El regalo de una mirada
Hay tantas maneras de mirar la vida como ojos que la miran.
Y qué se yo cómo miran otros ojos,
cómo se detienen, qué noches en vela los tienen cansados, o que exceso de sol los ciegan.
Qué se yo.
Qué sabemos...
Y sin embargo, desencuentros, ignorancias, disgustos, malas caras.
Pero si nadie puede abarcar la totalidad de lo real en su comprensión ( es metafísicamente imposible: somos limitados) ¿ por qué no recibimos la mirada de quien camina a nuestro lado como un regalo?
Al don de su mirada inteligente lo envuelven nuevos matices de la realidad, nuevas perspectivas y quizás colores más vivos. Y más hondura, y más ingenio, y más belleza, y más cielo.
Qué tontos somos si no agradecemos a esos ojos su regalo.
Qué tontos somos si nos quedamos faltos de una nueva mirada a la vida, como eso, como tontos parados y complacidos en su pequeño mundo miope, recortadito, cerrado:
Sin alas...
lunes, 3 de septiembre de 2012
He llorado viendo :"Pena de muerte"
He vuelto a llorar viendo por segunda vez la película: "Pena de muerte"
He llorado por la misma pena de muerte, pero he llorado también de gozo. Porque gozo es lo que me ha hecho sentir esa monja todavía joven que con paciente amor, tierno y lúcido a la vez , acompaña al todavía más joven condenado en los días previos a su ejecución.
--Cuando el amor se asiente en tu corazón, le dice ella ,conocerás la verdad y serás libre.
---No te vayas, le pide él...
--- No me voy a ir, estoy a tu lado... Mírame cuando llegue el final. En mi rostro verás el amor.
Y él, que la escucha, y que lleva días "escuchándola ", sobre todo en su manera de ser, de hacer y de amar, rompe a llorar. Y por el llanto se vacía de mares de cobardía y errores. Se vacía de miedos. Se vacía de negaciones y de odios. Se vacía de mentira.
Ya sólo le queda el dolor puro, el dolor total, el dolor transparente al rostro de Cristo. El dolor transparente a la Verdad, transparente al perdón, transparente al feliz destino de la libertad: El Amor
-¡He matado, sí!¡ He matado, sí!
Y acepta la verdad. Y la reconoce.Y desde la verdad pide perdón . Y es ese perdón,libre y sincero, el que le redime y le reconcilia con la belleza de su ser bueno.
Ya está preparado para el final. Ya está preparado para contemplar los ojos del amor en la mirada de su amiga monja a la que regala sus últimas palabras, casi en silencio, casi sin fuerzas: "te quiero".
--Gracias, dibujan los labios de ella...
¡El Amor ha abierto las puertas de la dicha!
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