jueves, 26 de agosto de 2010

VOLVER

Volver de vacaciones entre recuerdos y preguntas.

Volver a sentarte en tu sofá que sabe más de ti que tu misma.
Volver, no con "el alma marchita", como dice la canción, sino con el alma que todavia quiere ser joven y alegre. Con el alma que se atrevió a ir aunque después tuviera que volver...

No sé de qué quiero hablar. No lo sé. Pero escucho en mi interior algunas voces que no se quieren callar: son las voces "que a lo lejos van marcando mi retorno"...
Voces que me hablan, por ejemplo, de la importancia de "saber ceder" para que la convivencia sea agradable.
Y voces que me hablan de que para "saber ceder" con elegancia hay que tener una educación interior exquisita, y la generosidad suficiente para que ni se note que estamos cediendo.
Sé que cuesta. Vaya que sí. Y sé que muchas veces parece que se pierde en el juego de la vida; que los otros se salen con la suya y con sus apeteceres mientras nosotros colaboramos en silencio a que así sea, dejando nuestros deseos aparcados a la intemperie, junto al río.
Pero también es posible que en" ese volver" , el que parece que ha ganado sea el que ha perdido.

Los besos de la despedidas dicen mucho de ganar o perder. Los besos y los abrazos dicen mucho de lo que te han querido y apreciado. Y ,sobre todo, dicen mucho los PENSAMIENTOS que aparecen mientras besamos o nos besan, mientras abrazamos o nos abrazan. Porque no todos los besos ni todos los abrazos se dan o se sienten igual.

No sé muy bien de qué estoy hablando.
Solo recuerdos que se hacen voces y preguntas, de un "VOLVER"...

domingo, 8 de agosto de 2010

¿Romántica o"romántica"?

Ella se creía "romántica" por deslizar palabras manidas a la puesta de sol y desear compartir suspiros con quien decía amar. Ella se creía "romántica" por perderse entre personajes de novelas con historias de desamor nacidas a golpe de ordenador. Y ella se creía "romántica" por desear que él, SU él, lo fuera:
... ¿sabes?, no eres nada "romántico".
Ay,,, esa frase.

Pero, que fuera él: ¿QUÉ?

Porque ser romántico , ser romántica, es mucho más que suspirar cuando se duermen al atardecer los rojos al vaivén de las olas.

Ser romántica es fuerza, es quebrar lo previsible, acercarse al abismo:
-empeñarse en sacar a la arena el agua del mar o a la tierra la de un pozo vacío,
- cabalgar entre nubes buscando la libertad en el sol de madrugada y no perder el impulso por la libertad hasta que el mismo sol rodee la tierra y muera para empezar de nuevo.
- jugárrsela por un ideal más allá del realismo racional pensante.
arrancar una sonrisa de un rostro helado .
- mirar los ojos de quien pide una moneda y acompañarle en su destino.

... Y no acabar de creer que la nada ahoga al infinito, que la parte lo es todo,
o que no existe la primavera detrás de una nevada.

El espíritu romántico no es sólo el pálido reflejo de un poeta tirado en el sofá soñando con amores imposibles y complacido en restregar su herida.

¡Romántica para luchar ,para levantarse en la derrota, para masticarse el corazón y no perder la REBELDÍA!

Porque ser una verdadera romántica es ser rebelde, no "posar" de rebelde.
Rebelde contra la hipocresia, rebelde contra lo que se lleva decir o hacer, rebelde a favor de una revolución que comienza dentro: que comienza abriendo el alma a lo que íntimamente sabemos y sentimos que debería ser.

¿Por qué no?
Esa es la pregunta.
Ese es el sentimiento romántico que explosiona y se cuestiona junto con la vida.
Y ¿por qué no ? tiene un gran sentido :
¿Para qué, si no?
....