Volver de vacaciones entre recuerdos y preguntas.
Volver a sentarte en tu sofá que sabe más de ti que tu misma.
Volver, no con "el alma marchita", como dice la canción, sino con el alma que todavia quiere ser joven y alegre. Con el alma que se atrevió a ir aunque después tuviera que volver...
No sé de qué quiero hablar. No lo sé. Pero escucho en mi interior algunas voces que no se quieren callar: son las voces "que a lo lejos van marcando mi retorno"...
Voces que me hablan, por ejemplo, de la importancia de "saber ceder" para que la convivencia sea agradable.
Y voces que me hablan de que para "saber ceder" con elegancia hay que tener una educación interior exquisita, y la generosidad suficiente para que ni se note que estamos cediendo.
Sé que cuesta. Vaya que sí. Y sé que muchas veces parece que se pierde en el juego de la vida; que los otros se salen con la suya y con sus apeteceres mientras nosotros colaboramos en silencio a que así sea, dejando nuestros deseos aparcados a la intemperie, junto al río.
Pero también es posible que en" ese volver" , el que parece que ha ganado sea el que ha perdido.
Los besos de la despedidas dicen mucho de ganar o perder. Los besos y los abrazos dicen mucho de lo que te han querido y apreciado. Y ,sobre todo, dicen mucho los PENSAMIENTOS que aparecen mientras besamos o nos besan, mientras abrazamos o nos abrazan. Porque no todos los besos ni todos los abrazos se dan o se sienten igual.
No sé muy bien de qué estoy hablando.
Solo recuerdos que se hacen voces y preguntas, de un "VOLVER"...
jueves, 26 de agosto de 2010
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Hola Carmen,
ResponderEliminarSabias que eres uno de mis amig@s? Vengo a agradecerte existir y ser uno de ellos...! Si vas a mi blog sabrás a que me refiero... y si quieres te llevas el regalo que, con mucho cariño, está pensado para personas como tú...!
Mereces más..., pero es lo mejor que puedo darte hoy... Eres un regalo para mí... Y es lo que puedo yo regalarte hoy a ti...
Un abrazo.
Sergio
Ay SERGIO, tú me das la mano en la distancia.
ResponderEliminarUn abrazo con mi agradecimiento
Bienvenida!!!
ResponderEliminarCeder, que complicado es, me has hecho pensar.
Ceder suena precioso, pero de manera unidireccional suena a tomadura de pelo más que a buena obra, no sé si me convence hacerlo de manera altruista, rollo "cededores sin fronteras", aunque quizás soy yo que he venido de vacaciones con bandera roja debido a la marea...
Lo que si me convence es el final del post, no todos los besos saben igual ni todos los abrazos transmiten lo mismo...
un beso (sabor chocolate)
Pues estoy contigo: lo del "rollo cededores sin fronteras" NO.
ResponderEliminarTambién hay que parase, llevar a alguien junto al río y enseñarle "El puente sobre aguas turbulentas"...
Por cierto Mónica, algo pasa en tu blog. No puedo leerlo, va hacia arriba y hacia abajo sin parar
Ah si? pues acabo de publicar una entrada y a mi no se me ha revelado, debe estar como yo...prueba a ver...
ResponderEliminarHay quien conjuga muy bien los verbos en primera persona. Son difíciles para convivir.
ResponderEliminarMira Carmen, todo tiene un límite y hay que sacar el yo a pasear de vez en cuando
Eres mi querida amiga pensadora poeta
Bienvenida.. que también he estado ausente.. que gusto es volver a leerte..
ResponderEliminarUn abrazo
Con mis
Saludos fraternos..
Que disfrutes de un hermoso fin de semana..
Querida Carmen, aprendemos a ceder conforme nuestros hijos crecen, al extremo que desaparecemos, ese es un error del que nos damos cuenta muchos años más tarde. Debemos de ceder con medida, o enseñar que ceder es un acto recíproco. Besos de bienvenida. Mucho gusto de leerte.
ResponderEliminarLas vacaciones son como un estado mental. Para mi lo peor son las despedidas, trato de evitarlas. Volver tambien puede llegar a ser algo muy agradable, sobre todo si se vuelve al lugar adecuado.
ResponderEliminarUn saludo
Mireia: habrá quienes vivan en soledad por amor exagerado a sí mismos...
ResponderEliminarHayá ellos-as
Un abrazo muy fuerte
ADOLFO: Creía que ya no ibas a volver...
ResponderEliminarMe alegra mucho verte por aquí y poder leerte.
Un abrazo grande
PLUMA, de acuerdo: Hay que saber ceder y hay que enseñar a saber ceder.
ResponderEliminarMe ha gustado tu reflexión.
Y una conversación de tú a tú siempre es posible!
ANTONIO:
ResponderEliminar"Volver al lugar adecuado"
Ahí queda ese pensamiento...
Qué bien que me hayas visitado
Y volver a recibir besos y abrazos de los de verdad, de los que no se toman vacaciones
ResponderEliminarA veces cuando piensas que no tenemos temas, salen los mejores y tu has mencionado lo difícil de la convivencia. Cuando ésta la ponemos a prueba, más en vacaciones, nos enfrentamos a esos límites que día a día no conocemos de nosotros mismos.
ResponderEliminarLo has insinuado muy bien: voces, preguntas, besos dados y no dados. Yo te he entendido muy bien.
Besos de verdad.
ISABEL: cómo has captado el trasfondo...
ResponderEliminarTu costurero tiene agujas finas
Besos para ti
Iñaki: esos besos dicen mucho!
ResponderEliminarMontañera, está muy bien tenerte en el espacio .
ResponderEliminarMe ha gustado tu VOLVER
Muchos besos
Me gusta lo de "montañera", Pilar. Y me gusta que te guste lo que escribo...
ResponderEliminarM e han llamado la atención esta dos palabras:Ceder y volver.pienso hay que ceder si, si lo piden las circunstancias y cuesta asimilarlo,es un aprendizaje duro, pero a su vez te obliga a que hay que aprender a decir "no" si no quieres sentirte desautorizada y volver lleva un trasfondo de añoranza,es decir adios a muchas cosas, buenas o malas,no me gusta pero es una despedida. Besos Nina
ResponderEliminarNINA: muy muy atinado tu comentario...
ResponderEliminarY has dado de pleno!
besos para ti
La vida está llena de ceda el paso, aunque nos empeñemos en circular por autopistas sin semáforos ni peajes.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi sofá.
Yo hace tiempo que volví, así que ya me acostumbré a la rutina. A los que no somos profes y tenemos 24 días de vacaciones al año nos cuesta menos volver. Aunque a veces yo no volvería...
ResponderEliminarNÓMADA: buenísimo el símil. Buenísimo.
ResponderEliminarla vida está llena de "ceda el paso"...
Un abrazo!
SUE.
ResponderEliminarCreía que con sólo 24 días costaría más volver...
Pero es cierto que yo hablo de un "volver" con algún matiz que por ahí arriba ha captado NINA
Y respecto a la rutina: bendita rutina a veces. Y otras, pues a hacer poesía de la prosa diaria
...
Ceder, ceder, la historia de mi vida compendiada...A veces, pienso, que cedí más de lo a mi cedieron... pero lo haría nuevamente.
ResponderEliminarBienvenida, querida Carmen. Volver, pero a empezar nuevamente, no es así?
Un abrazo fuerte
BB
Recomenzar, BB, en un VOLVER que es mirar hacia delante...
ResponderEliminarCeder, la historia de muchas vidas.
Pero se puede ceder con señorío, y en alguna ocasión hablar claro para que el o la que trata siempre de salirse con la suya, piense en la diferencia de ser de una manera o de ser de otra.
Muchos besos para ti, queridaBB
Cierto Carmen, yo me quedé en el "volver" más mundano.
ResponderEliminarConsidero que en la vida hay que aprender a ser asertivo y saber decir "no" cuando la ocasión lo requiere. Eso no significa ser egoísta, sino saber lo que uno quiere y quererse a uno mismo.
Al mismo tiempo creo que tiene razón algo que dice Elsa Punset (hoy la escuché en la radio) sobre darle color al gris del día a día abriendo el corazón. Algo así como no quedarse en las conversaciones y modelos aprendidos, sino en entablar relaciones desde nuestro interior. Queriendo y abriéndonos al mundo sin construir muros a nuestro al rededor.
Y eso también supone ser asertivo y saber decidir lo que nos conviene y, sobre todo, qué podemos hacer por los demás.
Es triste ir la vida sin sentir que tienes que luchar por algo.
Querida SUE:
ResponderEliminarNo sólo decir NO, sino decirse a sí misma NO, ser valiente para volver aunque pierdas medio cielo
Y el corazón abierto sin ponerse muros, se los encuentra...
Pienso lo de Elsa Punset. Y lo pensaré más.
Hay personas que un momento dado levantan el muro de piedra por terror, estoy segura. Sus vidas son más bien grises, pero el gris parece que les da paz.
Miedo a sufrir, en definitiva. pero todo tiene que ser comprendido aunque a veces los muros no nos dejen avanzar...
Y volver, volver, volveeeer
ResponderEliminarCantamos, Carmen???
MARÍA:
ResponderEliminarEstá bien recordarla. Ya la hemos cantado mucho en los toros, con las peñas en San Fermínnnn....
El otro día, en un programa de telebasura, oí curiosamente una frase muy lúcida: "no se puede querer ganar todas las guerras", que me pareció una máxima muy inteligente y que me hizo pensar en algo parecido a eso de ceder con elegancia y dejarse vencer por educación
ResponderEliminarPues MIGUEL: Gracias por traer aquí esa afirmación.
ResponderEliminarAdemás, lo de ganar y perder dependerá de los principios de cada uno. Lo que para uno-a es ganar, para otro será perder porque valora más otros aspectos de su ser. Digo yo...
Pues yo diría que(leo entrelíneas) has compartido un tiempo íntimo de verano con alguien, y ahora has vuelto a tu casa, y que has cedido durante ese tiempo, y que al despedirte, como mensaje en sobre, has podido leer que esa despedida era racanilla, no era justa, y más bien desapegada, con un desapego generalizado.
ResponderEliminarEso intuyo pequeñaja, que hace tiempo que leo entrelíneas, :)
Los que más ceden, y ceden, y vuelven a ceder, tienen un maravilloso momento asertivo que sale cuando más nos importa que nos valoren: en entornos románticos.
Allí, cuando no se nos da un precio justo, sacamos nuestra dignidad a relucir, y esa pared no la derriba aucune.
No sufrimos ni lloramos por rechazo. Faltaría más!!!! :)
Ay Jordi...
ResponderEliminarUn grupo de personas, no sólo dos...
Pero la pequeñaja apostó un poco, sí.
Y en grupo se ve quién es el que conjuga verbos más o menos en primera persona.
Hay quien ante cualquier obstáculo o cambio de planes se enerva; otros, sin embargo, desdramatizan.
Y Carmen observa... Y cierto que no se trata sólo de "ceder". Es algo más, es cintura, es falta de ridigez, es generosidad
Y ceder por romanticismo a lo mejor, pero sin olvidar que parte del cariño verdadero es decir las cosas a tiempo.
La dignidad es estima propia. Y es verdad que a veces levantamos una pared aun doliendo el corazón.
Pero se puede tener una gran estima , carácter y sencillez a raudales.
La convivencia es encaje de bolillos, pero funciona muy bien sin demasiado orgullo.
No sé. Ya digo en el post que son impresiones de un VOLVER.
Y que lo que más valoro es haber ido!
Desapego no, no
Yo pensaba en lo que pensaba mientras abrazaba yo...( faltaría más¡¡jajaja)
No sé si generosidad viene de dar género de uno o de darse como gente, por cierto.
ResponderEliminar¿De dónde viene la poca generosidad, el no don de los súper tacañones?
Es feo verlo, como una gran construcción nada oculta que te da la no bienvenida. Un almacén donde siempre que se puede se sisa grano.
Siempre otros aspectos de la persona pueden compensar el amarrategui, pero es difícil remontar un marcador tacañón. A veces me gustaría ser místico para compensarlo todo, que a cualquier bajeza le saliese rápido su compensación, y amar a todos por igual. No sé si existe eso, la verdadera compensación propia del ser humano, pero sería un valor a fomentar, la búsqueda de una paz más compleja y tal vez más efectiva que la vigente. Algo así como esperar cinco minutos más de reloj extras, a aquellos que nos han fallado y decepcionado. Tal vez volverían.
:)
BIen, Jordi, bien!
ResponderEliminarEsperar tiempo durante mucho tiempo: paciencia y fortaleza.
Lo dela generosidad como toda virtud tiene su justo medio.
La ramplonería es su contrario
El decidir cuándo los minutos han pasado es casi arte; y si se hace mirando al cielo, fuera del ombligo , se hace con recta intención
Me ha gustado tu pensamiento!
LOa abrazos que te vamos a dar, Carmenchu
ResponderEliminar"Y aunque el olvido que todo destruye,
ResponderEliminarhaya matado mi vieja ilusión,
guarda escondida una esperanza humilde,
que es toda la fortuna de mi corazón."
Besos.
Sergio, los espero!
ResponderEliminarCreo SEÑORES, que todo lo bellos vivido deja huella imperecedera. Y el olvido no destruye nada porque con poco viento se encienden las brasas.
ResponderEliminarEsa esperanza de revivir y de regresar...
Besos!
Hola querida Carmen,
ResponderEliminarperdona mi ausencia, pero ando medio enfermita y por con pocas ganas de ordenador.
Solo esta situación especial me ha hecho pasar a decirte que no sabría vivir sin mis amigos.
Para ti, que haces parte de ellos, va mi cariño y mi agradecimiento en forma de palabras escritas en mi blog. A acompañarlas hay un regalo hecho especialmente para ti...
Visita mi Estados de Alma y lo verás...
Un beso.
Gracias, ALMA. Paso a visitarte ahora mismo
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