Escribir con estas manos. Escribir pensando en las manos. Y pensar que mis manos y las tuyas se alejan hacia otras manos que esperan su apertura y su contacto. Porque las manos, nuestras manos, tiene tanta vida , recogen tantas vidas , que sienten hasta llevar por la sangre los sentimientos, las emociones súbitas, los pensamientos...
Cuánto saben nuestras manos!
Manos de mujer que tienen ojos cuando acarician;
manos de niño que tienen risa cuando se ensucian;
manos de hombre que tienen fuerza cuando alimentan.Manos entre manos. Manos que hablan.
Manos entre manos que trabajan mudas. Manos entre manos que esconden la cara cuando se asustan . Manos entre manos de paz. Manos que besan . Manos que hacen suave la sombra del dolor.
Y manos que recuerdan cuando el amor quiere olvidarse de las huellas : Esas manos, tus manos, aquellas manos.
Sigo escribiendo mirando las mías , que vuelan en la noche lejos, hasta tu lado.
Quiero llenar mis manos. Que no se queden vacías...
domingo, 2 de agosto de 2009
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Manos que no daís, qué esperaís?...
ResponderEliminarCuando me preguntan eso tan clásico de: ¿qué es lo primero que miras cuando te presentan a alguien? Siempre he dicho que las manos, pero no solo las miro, las siento cuando estrechan las mias, su contacto dice mucho de la otra persona
ResponderEliminarHe oido también que las manos son el mapa de nuestra vida, que hablan por nosotros
En ese último deseo tuyo estamos todos
Beso
Ves estas manos? Han medido
ResponderEliminarla tierra, han separado
los minerales y los cereales,
han hecho la paz y la guerra,
han derribado las distancias
de todos los mares y rios,
y sin embargo
cuando te recorren
a ti, pequeña,
grano de trigo, alondra,
no alcanzan a abarcarte,
se cansan alcanzando
las palomas gemelas
que reposan o vuelan en tu pecho,
recorren las distancias de tus piernas,
se enrollan en la luz de tu cintura.
Para mí eres tesoro más cargado
de inmensidad que el mar y sus racimos
y eres blanca y azul y extensa como
la tierra en la vendimia.
En ese territorio,
de tus pies a tu frente,
andando, andando, andando,
me pasaré la vida.
La infinita
Pablo Neruda
besos
feliz domingo
Buenos días!
ResponderEliminarMe puse a escribir pensando en las manos...Y no borré ni una palabra.
BEGOÑA, lo del mapa se lo oí a Paloma Gómez Borrero, que estudió las manos por algún motivo. Dijo cosas muy interesantes
F! Los versos de Neruda son preciosos. Tengo en casa sus poemas de amor y los releo de vez en cuando...
Besos para tí, también.
fandestéphane los versos de Neruda una maravilla,pero son de Neruda...
ResponderEliminarMe parece raro que con lo que a ti te gusta escribir no expongas tu idea sobre el tema planteado por Carmen
A mojarse toca... como las palomas
(ya he aprendido otra cosa de don Mario, despues de puntos suspensivos hay que poner espacio) es bueno leer a este hombre!
Las manos son la entradad hacia todo. Las manos hablan, Carmen, y conservan la vida, y acogen y también dicen adiós.
ResponderEliminarUn abrazo todavía de vacaciones
De verdad que pensaba que después de la hermosura de Neruda, no hacía falta añadir nada más Begoñita, y lo sigo pensando, pero te diré que al estrechar una mano, no las miro, las siento, igual que haces tú, y miro a los ojos, pero no para ver sus ojos, sinó para ver su mirada.
ResponderEliminarCon las manos podemos ver tantas cosas... y sentir, y poder valorar si es una mano amiga o no. Pero a veces, tenemos que vigilar que quien nos da la mano no esté pensando en cogernos por el cuello.
Y dando las manos, ganaremos más que cerrando los puños, pero lamentablemente, a veces, hay que cambiar las manos por puños de hierro.
Mi padre me decía que nadie me daría la mano -en el sentido amplio de la palabra- si no me consideraran suyo.
Las manos y el amor ya es otra cosa. Al principio del enamoramiento, las manos tienen un papel muy importante, y me apunto lo que dices Carmen y que me ha gustado mucho... manos que besan. Juntarse las manos y notar que te estremeces es fundamental para enamorarse.
Y ya no digo nada más, porqué aúnque nunca hago caso -y así me vá-, me enseñaron a hablar poco y a escuchar con atención.
Sigo pensando que después del poema de Neruda debo seguir callado.
besos a las dos
Muchas gracias por hacerme caso en esta ocasión
ResponderEliminarClaro que la hermosura de Neruda merece un silencio, pero entoces... dónde está el diálogo?
Yo también me quedo con: ..."manos que besan"...
Efectivamente se dice tanto con las manos como con la mirada
Despues de leerte me hago "fandefandestéphane" ea!
En ese estremecimiento se contiene la respiración, como si el mundo entero se detuviera entre esas manos...
ResponderEliminarPues nos seguimos besando, y con Begoña, Y Neruda...
SERGIO: las manos que también dicen adiós en una despedida. Qué melancolía.
ResponderEliminarEs que las manos...
Otro abrazo
Begoña jajaja me has hecho reír mucho.
ResponderEliminarContigo ya tengo dos fans... la primera y la última jejeje
besos, ea!
Las manos son caballos de batalla o palomas de la paz, mi querida amiga..
ResponderEliminarEn la distancia estrecho tus manos.. y sé que ambas pintamos un margen inmenso de paz en la página del tiempo.. de este tiempo que creamos y recreamos con la sinceridad y el calor de las letras.
..Vuelan nuestras manos a su encuentro,firme presagio de eternidad y consciencia,que nos eleva en este sueño de la vida..
Un abrazo y que seas feliz.
M.Jesús
MAJECARMU :" firmen presagio de eternidad que nos eleva " ( ahí aparece la esperanza)
ResponderEliminarmientras las manos nos encuentran a tientas...
Un abrazo, querida poeta.
Me detiene el pensamiento lo de "mi querida abuela": Manos que no daís qué esperaís.Una frase que resume que el quedarse con las manos cruzadas es paralizarse, que negarse a dar es perderse en uno mismo y liarse.
ResponderEliminarSiempre veo tu luz encendida...
Mi luz está encendida trasnochador, y la tuya espero que también, porque si no te vas a dar un golpetazo.
ResponderEliminarBien por "mi querida abuela"! y por lo de liarse con uno mismo escondiendo las manos...
Con esas manos, construimos y también,
ResponderEliminarderribamos. Con las manos acariciamos y otras
veces, golpeamos. Las manos son mensajeras
de paz, pero solemos levantarlas como un puño
cerrado, amenazante.
Esas manos que curan, son manos, que pueden
matar. Qué maravilla tenerlas y qué tristeza
que aún no comprendamos por qué, ni para qué
nos fueron obsequiadas por el Creador.
Gracias por aquellas que se abren generosas
y mansas, como las manos de Dios.
Un beso, Carmen.
BB
BB:
ResponderEliminarSi supiera, que no sé, subrayaría tus palabras con rotulador fosforescente para que quienes se asoman a nuestra tertulia no dejaran de leer tu comentario letra a letra .
"Esas manos benditas que se ofrecen mansas, como las manos de Dios..."
Un beso a ti, un beso a ti.
Tus manos: unas bellas manos que sugieren todo cuanto en tu entrada has hhablado en positivo de las manos; es curioso que antes de leerte he ampliado la foto que tienes en tu perfil, todo lo que he podido, y me han llamado la atención tus manos.
ResponderEliminarSaludos,
Caray, SEÑORES, pues mira que suenan bien tus palabras...
ResponderEliminarPrecisamente no creo que se pueda pasar de largo por aquí, más bien para quedarse el rato suficiente para apreciar lo que nos cuentas.
ResponderEliminarPEGASA: esta es tu casa. Y si pudiera ofrecérosla no-virtual, lo haría. Por vuestra sensibilidad.
ResponderEliminarHola Carmen que tal... Más curioso y chafardero que yó no hay nadie y al leer a Muy Señores Míos
ResponderEliminarya te puedes imaginar que es lo que he hecho.
Y he pensado que con esas manos nos escribes lo que te dicta el corazón.
Beso a vd. su mano
Ay F ! yo te doy la mano con mucho gusto, y recibo ese beso nada chafardero...
ResponderEliminarlas palabras se convierten en caricias
ResponderEliminary mis manos hablan por si mismas
cuando tocan tu encanto,
el rostro hermoso de una venus de milo
transforma las frases en miradas
y en destellos de luz los dedos sigilosos aguardan,
tocarte con pequeños tributos de pasion,
admirar con los ojos del amor letras insulsas
que se levantan como mano bajo tu falda
para cobijarse en tu interior.
Entre tantas manos y palabras
se pierde el tiempo y se gana un amor,
frases escritas en mi alma,
aunque nunca se escucho salir de la voz.
Besos
Isabel
Es verdad que nuestras manos son las que traducen a palabras escritas lo que la voz no puede.
ResponderEliminarAunque bien sabe Dios, que a mí me gustaría oiros, oirte, Isabel!
Me gusta la imagen de las manos como mapa de nuestra vida, pero un mapa que nosotros mismos vamos trazando, por eso en realidad yo las veo como una biografía hecha carne. Hay que pensar en las manos que tenemos al nacer, y las que vamos conformando a través de los años hasta darles la imagen que tienen.
ResponderEliminarBenditas manos las que ahora me emocionan con el segundo movimiento de la Patética de Beethoven en directo mientras escribo.
Beatriz, "La Patética en directo", y esas manos de director de orquesta que siempre me dejan clavada...
ResponderEliminarManos que sirven, por ejemplo, para aplaudir
ResponderEliminarPues le aplaudo, don Miguel...
ResponderEliminarEs que las manos, las dos, lo son todo. Son como un mapa transparente donde se refleja toda nuestra vida y nuestros sentimientos en su totalidad. Las manos no engañan: una caricia, un toque, un roce..., y todo lo que puedas imaginarte.
ResponderEliminarUn beso, querida Carmen,
Antonio
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAmiga Carmen,
ResponderEliminarMuy buen gusto el tuyo y mejor olfato, si cabe, al quedarte con la última frase de las publicadas en mi blog. Creo que es la más potente y contundente.
“Me iré, pero diciendo lo que tenía que decir, y sin que me dé miedo tu ceño, que no eres tú quien ha de perderme a mí”
Un beso y un abrazo,
Antonio
ANTONIO, a propòsito de que las manos no engañan, contaré en el siguiente POST una anécdota verdadera que le ocurrió a Paloma Gómez Borrero. Creo que será interesante.
ResponderEliminarCuando tenga unos minutos lo hago.
Me encanta que de vez en cuando nos pongas frases de "aquellos tiempos"...
En el fondo, tan cercanos.
Un beso también a tí.
Carmen, muy cierto, casi tocable lo que dices.
ResponderEliminarY más allá de lo verídico o no del asunto, lo mágico radica en las ganas de ver tus manos tecleando este texto... ahí también hay un encuentro.
Cariños, Ricardo.