LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS

Podría comenzar diciendo
que somos de arena,
que el noema del otro
se pierde
disuelto en el mar...

Porque prefiero versos para sentir la vida que mil palabras.

Pero no puedo versificar con la noticia de: La píldora del día después.Así que áhí van mis palabras, con mis sentimientos.


No es cuestión de noñez, es cuestión de sensatez. Una adolescente( él , ella) debe de ser educada en la sexualidad. Pero la sexualidad se vive según una educación más integral que tiene que ver mucho con la educación en valores .
Al sexo se lleva lo que uno es. Ni más ni menos. El egoista lleva egoismo; el zafio zafiedad; el inmaduro inmadurez; el generoso generosidad...


Y un, una, adolescente , al sexo lleva , en primer lugar, adolescencia. Y adelantar las experiencias no contribuye positívamente a un desarrollo sano de la personalidad. Porque en el acto sexual se implica TODA la personalidad. Y cuando ésta carece de lo que la persona necesita recibir en ese acto, la personalidad puede resentirse.


Creo que somos algo más que un trozo de carne con ojos.
Y la sexualidad es tan total y tan maravillosa, que no se puede convertir en un acto trivial del que sales corriendo a tomarte una píldora por si acaso la vida "osa" aparecer.. Pero, cierto, la vida para aparecer merece algo más que un acto desencarnado...

Me parece que no vamos por el camino que conviene a nuestra naturaleza ... Y me lo parece porque tengo noticias de consultas de psiquiatría . Y es en esas consultas donde se pone de manifiesto que la sexualidad no se resuelve con "me lo he pasado bien" y ya está. No. La angustia, la falta de estima, los miedos, el no sentirse querida, hacen mella en quien todavía está en proceso de consolidarse como persona adulta. Es decir: como persona que se posee a sí misma y que por lo tanto es capaz de darse


"La píldora del día después" tiene contraindicaciones físicas y psíquicas. Pero claro, es una manera expeditiva de no cansarse hablando y educando.
Todo lo que es problema se elima y pensamos que el problema ya no existe. Pero vaya que si existe!


Y ahora cuatro versos nada más de mi querido poeta Miguel Hernández, tan valiente en la vida , hasta la muerte, y tan dulce en el amor...




"Te me mueres de casta y de sencilla.

Estoy convicto, amor,estoy confeso
de que raptor intrépido de un beso
yo te libé la flor de la mejilla..."


Bueno, por hoy vale. Ahora espero comentarios.