viernes, 27 de noviembre de 2015
Inmenso WILDE: de rodillas...
Oscar Wilde, leo " De profundis" , es capaz de llevarnos al precipicio de la lírica de puntillas
y lanzarnos al vacío pleno del arte, de la belleza encarnada , de los sacramentos de amor que se reciben de rodillas...
A mí me gusta arrodillarme. Siempre que amo me arrodillo. Me sale. Me sale besar las rodillas y acariciar desde el suelo las manos; y sentarme después para escuchar con mirada de eternidad historias humanas de niños, as , y de mayores...
Hay un rechazo grande a ponerse de rodillas. Y quiero entender que quien así lo siente tiene emociones que mandan dentro. Pero yo quiero seguir arrollidándome ante el amor y ante el AMOR: Ante el Cristo amante, tan gratuito y tan verdadero.Tan despojado y tan bello. Cristo artista y poeta. Cristo sin miedo a la verdad que resplandece en el rostro del dolor.
Inmenso Wilde que has despertado mi mañana. Y ahora escribo....
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Lo sorprendente del texto escrito desde la devoción, palabra originalmente religiosa pero aquí trascendiendo ese término, - adhesión, entrega - es saber por qué caminos ha trascurrido su autora para saltar desde el Cristo del Evangelio al Wilde del arrepentimiento y el dolor, de rodillas.De Profundis. Decir que es el camino del amor sería fácil, aunque lo es. Yo veo en ese mesar con las manos el suelo y en esas rodillas, el sentimiento total y desbordado, tanto de amor como de impotencia, porque el impulso del ser humano ante lo que le excede es el suelo : llorar en el suelo, amar en el suelo, esperarse y desesperarse pegadas al suelo. Tal vez sea un exceso de amor o un desbordamiento de hondura y sentimiento.
ResponderEliminarEres inmensa querida Charo
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